HABLAMOS DE #MADRIDPRISIÓN

«11.         

Todos la conocían, tanto los tipos que la reconocieron en la fotografía como los que no; tanto los que dijeron haberla visto por aquí y por allá como los que aseguraban no haberla visto nunca. Resumiendo: Violeta era una chica de Intramuros muy divertida, una chica que, eso sí, tenía más vicio que una garrota y que no era extraño que hubiera desaparecido, aun asumiendo que era muy extraño que alguien de Intramuros desapareciera así como así. La gente de Intramuros no desaparecía sin que los mercenarios y los Hombres Rectos pusieran los sitios que había frecuentado patas arriba, como así había sido. En este caso, ni las palizas ni las torturas habían dado algún resultado. Violeta había desaparecido y nadie sabía nada.

Después de la ronda de interrogatorios, pasé al garito donde curraba Agnes. Siempre la esperaba fuera, pero ya puestos, quise seguir preguntando, ya que Violeta también había estado por allí. Pedí una birra a una de las camareras cuya mirada me dijo de forma implícita que no quería problemas cuando dejé la fotografía sobre la barra».

 

AVANCE DEL CONTENIDO EXTRAS

No somos na.

No es mal epitafio.

«Los que decidieron que sobrábamos no bombardearon los cementerios, por lo que se habían conservado bastante bien, y eran negocios bastantes lucrativos para las mafias: un nicho era un apartamento, una tumba era un piso y un panteón era un chalé». (#MadridPrisión, capítulo 7).

Cuando bombardearon todo, El Poeta se refugia aquí donde estamos, en el Cementerio de Canillejas.

Me llaman la atención los cementerios, son lugares muy tranquilos.

Voy a La Almudena y recorro tumbas.


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