Hablamos de Vieja entrepierna humeante

«4.- La soledad es el destino es la soledad (del viejo)

La soledad del viejo es la que le hace realizar actos más propios de gilipollas sin cerebro que de alguien con sesentaicuatro años de experiencia. Eso suponía. Eso quería decirme.

De lo contrario, solo estaba comportándome como un viejo verde.

Pero ¿qué otra cosa podía pensar?: era la noche del viejo verde, la noche pegajosa de verano donde la cabeza viene y va con toda suerte de ensoñaciones y promesas poco halagüeñas. El viejo chocho tenía algo entre las piernas y testosterona con que llenarlo y ser consciente de ello producía un efecto reparador y repugnante.

De todas formas, sabía que aquello estaba ocurriendo por haber vuelto a beber después de veintidós años. Sabía perfectamente qué me estaba pasando y no hacía nada para remediarlo».

AVANCE DEL CONTENIDO EXTRA

Sevillano, sí, pero de Triana.

A Triana iremos en el siguiente capítulo, ahora nos quedamos en Sevilla, el lugar donde siempre acabo, para bien o para mal.

Dice el tópico, uno de ellos, que una cosa es ser de Sevilla y otra ser ‘sevillano’. ¿Qué hay de cierto? ¿Cómo es eso?

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