En Ucrania, cuando era niño, los inviernos eran tan crudos que para poder enterrar a los muertos había que usar una excavadora.
Read MoreEl hombre menudo y calvo aparta la vista de los cuadros que ha colocado apoyados en una de las paredes del sótano y se da la vuelta para mirar a su subordinado que se acerca a él. Parece cansado aunque en su rostro hay una sonrisa de satisfacción.
Read MoreDicen que la adrenalina afina los sentidos. Hueles, oyes, sientes al máximo. Los músculos se tensan a punto de dar el salto y la vista te permite distinguir hasta los detalles más nimios. Como cuando la cocaína inunda tu cuerpo y te hace sentir dueño del mundo, o eso te hace creer.
Read MoreVe al vor más envejecido, se mueve más despacio, como si hasta ese momento hubiese conseguido engañar al reloj y ahora éste se lo cobrase con creces. Lo que está claro es que su cerebro sigue siendo el mismo, no ha olvidado nada.
Read MoreAlguien que no recuerdo escribió que el peligro de hablar consiste en el peligro de callar cuando nos apetece. Nunca he acabado de entender esa frase. En mi caso no es cuestión de apetitos, sino de callar por pura supervivencia.
Read MoreNada más levantarse decidió que no era buena idea acudir a la fiesta del sábado con los cuadros robados.
Read MoreAquella mañana había demasiada niebla para ir a cazar y mi madre insinuó que sería mejor que no saliéramos.
Read MoreSe dice a sí mismo que tiene que tranquilizarse, respirar hondo y mantener la cabeza fría.
Read MoreSon las diez de la mañana y tras una ducha de agua fría y tres tazas de café, he conseguido que Alexander esté lo bastante sereno como para escucharme y hacerle entrar en razón.
Read MoreDurante algún tiempo los tres mantuvieron una relación enfermiza en la que el colombiano usaba al pintor para volver loco de celos al hijo del vor, lo que conseguía sin problemas.
Read MoreZarpaba cuando amanecía y volvía a la caída de la tarde; era una forma de sentirse libre, sola, en mitad del mar. Un hábito que abandonó cuando supo que estaba embarazada.
Read MoreCollares de cuentas de colores, una pluma de gaviota que se resquebraja con solo tocarla, un reloj con la esfera rota y una pequeña estampa de la Virgen con el niño en brazos, los rostros unidos, en un gesto de amor infinito.
Read MoreHasta nosotros llega su voz entonando “Mетелик”, la que más le gusta a su hija, sobre todo la parte en la que el niño libera a la mariposa de su cárcel. Alexander odia esa canción.
Read MoreNo queda mucho para que sean las doce de la noche de un domingo de mierda, que ha empezado mal y puede acabar aún peor.
Read MoreLas últimas órdenes de Diorel han sido claras…
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