Hablamos de Godot: Príncipe de Dinamarca

«5.

la inmortalidad es para los muertos

Lo hizo muy despacio, pero con una plena conciencia de lo que estaba haciendo y de lo que deseaba conseguir. Miró aquellos trajes con odio, con un odio que le llenaba la boca de saliva y de sabor a vinagre.

Sacó un mechero del bolsillo del pantalón y acercó la llama a la manga de un pijama de niña. No lo había elegido al azar. Era el personaje más antiguo que había visto en aquella habitación. No estaba seguro, a veces la memoria le bailaba, pero habría jurado que aquel personaje de niña con pijama lo había escrito hacía unos cuarenta y cinco años. Ahora aquel personaje estaba ardiendo y le contagiaba el fuego al resto de personajes.

Se dio cuenta de que no. El fuego no quemaba a los personajes. El fuego lo único que quemaba eran trajes. Los personajes permanecían. Eran inmortales. Eran, sencillamente, para siempre».

 

AVANCE DEL CONTENIDO EXTRA

A Praga ni la quiero ni la odio.

Cuando llegué me encontré con una ciudad oscura, sin iluminación prácticamente, en la que sus habitantes -hace 15 años- tenían miedo al extranjero y le trataban mal. Aquí, además, el clima condiciona mucho el carácter, los praguenses están dentro, aislados.

Ahora, 15 años después, Praga ha sido convertida en una disneyland.

¿Lo que más me gustó?

¿Lo peor?

¿Tres cosas que ver fuera de los circuitos turísticos?

¿Tres cosas que evitar?

¿Tres cosas que hacer, al margen de los folletos turísticos?.


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