Hablamos de Vieja entrepierna humeante

«Era una especie de kit para incendios. En una vitrina de cristal enmarcada por una estructura metálica suspendida de la pared había un pequeño extintor y un hacha con el mango de madera reluciente y la hoja también de color rojo brillante. Me acerqué con paso incierto, tratando por todos los medios de no mirar a la monja, prácticamente fingiendo que no se encontraba allí; porque, aunque para mí fuera una visión cien por cien real, aún me quedaban porciones sanas de cerebro que hacían lo imposible por gritarme que estaba solo en aquel pasillo. Durante un instante pude ver el reflejo de mi cara marchita en el cristal de la vitrina, algo indefinido. Todavía más borroso, justo detrás de mi rostro, el de la figura a mis espaldas. Meneé la cabeza con violencia, a pesar de sentir al instante el zarandeo de varios de sus componentes dentro de la carne, y a continuación hundí el codo en el cristal y extraje el hacha. Era como si la monja estuviera diciéndome: La vas a necesitar, solo que sabía que no estaba allí; me giré y todo cuanto había era la pared bañada inútilmente por el leve haz rojo. Regresé a la escalera cargando con el hacha y descendí hacia la planta baja».

 

AVANCE DEL CONTENIDO EXTRA

Voy a dedicarte esta novela, Vieja entrepierna humeante, que publica Black & Noir.

Voy a contarte, antes, cómo fue mi primer contacto con el mundo editorial, y con toda la pompa que en determinados momentos le rodea.

Fue, exactamente, el día de Año Nuevo de 2014…

La locura.

24 años y ¡zas!: la gloria.

¿Que a qué sabe? Es la hostia, tu escritura ha trascendido más allá del Word, has salido, con ella, de tu cuarto, ves tu novela en las librerías, ves y hablas a gente que la ha leído…

¿Se te sube a la cabeza?

¿Qué pasó cuando pasó la gloria?

¿Qué lección sacaste de aquello, viéndolo ahora con la perspectiva del tiempo?


CAPÍTULO Y CONTENIDO EXTRA ÍNTEGROS EN LA APP BLACK & NOIR

 
 
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